martes, 22 de marzo de 2011

Una confusión de esencias

Me quedé observando el caldero y pude ver flotar mis sueños rosas cortados en pedacitos. También encontré por ahí a esas dos o tres lágrimas que saltaron de mis ojos aquel año nuevo en Uruguay.

Revolví un poco y con la punta de la lengua probé una gota: almendras, pasto, flores, malvabiscos… Todo se mezcló en mi boca, al mismo tiempo que me mareó una noche estrellada de noctilucas en compañia de sus besos.

Un sonido cristalino hacía el líquido al hervir, a veces parecido a una guitarra, también a risas de niños. En el fondo quedaron los gritos, no quise rescatarlos.

Me encontraba ensimismada en esa confusión de esencias, preguntándome qué debía hacer con ella… debía tomármela toda? debía usarla para salpicar a quien pasara? debía regalarsela a alguien?

En ese momento la respuesta llegó sola a mi mente:

Es mi vida, y puedo hacer lo que quiera con ella.

jueves, 17 de marzo de 2011

Tantas Cosas

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Había una vez un barco chiquito, hilos de colores, personas caminantes que aprendieron a volar, húngaros vestidos de rosa, monjas despampanantes en camisón, sombras vacilantes sobre la medianera, aire perfumado de estrellas, almendras dulces y espuma de mar, escritos numerosos sobre el alambrado de al lado, un acolchado de moras sobre el pasto, un pez medio vivo sobre la mesa, un gato hambriento bajo la mesa, una mesa, lluvia, una hamburguesa con queso, un ping pong de papas noissette, gobiernos escritos con rosa y violeta, payasos tirándose a la pileta, trapecistas en sus trapecios y malabaristas con sus pelotas, lucecitas de navidad fabricadas en Taiwán, marcadores de colores de China y Disneylandia, pasteles al óleo, a la manteca, a la crema, fideos varios, a saberse de choclo, atún, milanesa, sandía y huevo; y de postre un budín de flores.

Escrito por Marga y Den.