Salvavidas bajo su asiento,
el último invento
de la tecnología,
solo ajústese,
rebájese,
y su vida estará asegurada.
Si lo desea, puede cerrar la ventana.
O saltar los milquinientos,
o que justo cuando
cruza Panamericana,
todo se derrumbe,
incluso el cielo,
lo que sería, creo,
la mejor forma de morir,
ya que el vértigo,
es algo
que me encanta
así,
como también nacer
una y otra vez,
de mi propia semila...
Y pensando en qué
podría alimentar mi alma,
el carrito ha llegado!
Dos pasteles de caldero,
por favor,
y una rana de chocolate.
Que ya me acompañan
una llama mágica,
y un elefantito azul.
Y agradezco
haber visitado
un lugar tan inspirador,
como aquella cerrajería...
Donde miles de ojos
organizados, espiaban
cual lechuzas,
creando turbulencias
y toda mi vida me pregunté
quéserá la cerrazón?
Y amo la etimología.