sábado, 19 de enero de 2013

Espejo

Dificil expresar el increíble parecido de estas dos sensaciones…
Una tan seca, tan ruidosa;
otra salada, hasta espumosa..

Pero hay algo que las une,
en el punto en que aprendí
a no forzar las cosas…
a esperar, no sin esperanza
pero con despojo,
deshojando sin preguntas
a los pétalos del tiempo.

Sabiendo que un no y un sí
están quietos a la espera,
tal como mis pies,
de que llegue la ola hasta la arena
y en un trabajo conjunto
de la inercia con la paz,
del hacer y el dejarse llevar,
de quien se va y vuelve
y quien sabe que volverá,
la huella queda marcada
en este momento, el presente.

Al menos hasta que la ola vuelva
y arrastre consigo a las charcas,
las esquinas, los rebordes, las paredes,
los encuentros de unos pies
en este bajorrelieve…

Y los lleve vuelta al mar,
que, como la vida,
nunca se sabe para donde irá.

DSCN6506

Mano rítmica


Uma panela
y un cielo que es un escándalo
y una bandada de cuerdas y parches frente al fuego…
popurrí de hilachas,
enharinadas,
de por medio.

Una de siete, otra para zurdos,
olvidados los buñuelos de la discordia.
Encuentro de al menos cuatro
casas interfronterizas
en una playa que come
a otra playa que vuela…
Un nombre inocente que miente
y unas puestas de sol que suenan
a vida, a mar, a peces, a canciones. Luego a estrellas.