miércoles, 4 de septiembre de 2013

Sinfinólogos

 Tres veces intentamos definir de qué trataba la sinfinología.
  No es que la muerte no se le parezca. Justamente, es el ejemplo más indicado y el más contradictorio para nuestro cometido.
  Entonces, pasamos a valernos de la banalidad del vastísimo funcionamiento de las terminales busíferas bolivianas. Donde los gritos lo inundan todo,las partes que hacen al funcionamiento se van, vuelven, cambian de lugar, todas las horas son buenas para un caldo, un soliloquio, y ya solo de ofertas se podría vivir... A menos que uno sufra del famoso mal de la indecisión, lo que podría llevarlo al estancamiento y la negación de la realidad, la no acción, la inanición y en el peor caso, la muerte. Aunque dependiendo de las creencias, esa podría llegar a ser la mejor forma de comprobar la existencia de la sinfinología; mientras que para otros se estaría constatando justamente lo contrario: ya no te vemos aquí. No estás. No sos. Se acabó. Chin pum.

Quién sabe?
Como mínimo nos gustaría que se entendiera,
que no tiene nada ( nada!)
que ver con los delfines.

Vuelta de tuerca

Desierto a la vera de los barcos,
el cielo a la vera del desierto,
camino a la vera del pacífico
De repente, la civilización!
tan imprevista como de colores.
Y el hambre no se sacia en cualquier pueblo.
Los tiros compiten con Paul Simon
con insistente dirección a mis oídos.
Las ganas de cantar, con las de volver,
con las de gritar, con las de bajar.
Y la espuma de la ola
más grande que yo he visto
me recuerda que mi panza
se sabe en el barco pirata.
Que soy inmanejable para mi ultimamente.
Que todo el mar se bambolea a bordo mío,
y en este lugar hay carroñeros, en vez de gaviotas.
Aunque tanto turquesa en movimiento,
algo bueno tiene que significar...

08-08-13

La mirada.
escribir. el agua.
 Río Amazonas: tan extraño como un payaso en la selva.
 Entre cocos, entre soles y flamencos, entre mariposas.
comiendo chupetines, durmiendo en caída libre, hablando de educación sexual.
 Juntando estrellas, danzando al idioma de la electricidad.
 Volviéndose puentes y conejos.
 Y las abuelas bailando en los balcones.