Ay los jazmines, jazmines calientes
en la penultima vuelta de la noche.
Enredados en cabellos perdidos a lo lejos.
Y las veredas en camison,
y pies descalzos
de verano que no duerme pero sueña...
Las hebras de una risa
entretejidas en el manto de algodon,
Anuncian y esperan con la misma prisa.
El cielo guarda a las flores en su abismo.
(Todo en su cantar) se vuelve invitacion.
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