cayendo por la desmadrada natura
pedaleando quincuagenarios pozos de alquitrán...
Pardo y tremebundo como el no cantar de aquel que sufre,
se sucede el ocaso de los dioses
y así de a poco nos sumergimos en esa redencion que nunca es suficiente
que nos arrastra, que nos consume,
que nos detiene
que nos absorbe y nos hace seguir caminando,
nos obliga...
a mirar al cielo y volver al suelo,
con desconsuelo,
o desconcielo diriamos mejor.
es que nunca se esta seguro
de si se habla con propiedad o si
se le falta el respeto al lenguaje,
en este mundo en donde el asesino tiene pan y el pobre tiene hierro
Malena Saito y Denise Mayo
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