miércoles, 4 de septiembre de 2013

Sinfinólogos

 Tres veces intentamos definir de qué trataba la sinfinología.
  No es que la muerte no se le parezca. Justamente, es el ejemplo más indicado y el más contradictorio para nuestro cometido.
  Entonces, pasamos a valernos de la banalidad del vastísimo funcionamiento de las terminales busíferas bolivianas. Donde los gritos lo inundan todo,las partes que hacen al funcionamiento se van, vuelven, cambian de lugar, todas las horas son buenas para un caldo, un soliloquio, y ya solo de ofertas se podría vivir... A menos que uno sufra del famoso mal de la indecisión, lo que podría llevarlo al estancamiento y la negación de la realidad, la no acción, la inanición y en el peor caso, la muerte. Aunque dependiendo de las creencias, esa podría llegar a ser la mejor forma de comprobar la existencia de la sinfinología; mientras que para otros se estaría constatando justamente lo contrario: ya no te vemos aquí. No estás. No sos. Se acabó. Chin pum.

Quién sabe?
Como mínimo nos gustaría que se entendiera,
que no tiene nada ( nada!)
que ver con los delfines.

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