miércoles, 4 de febrero de 2015

La estructuración

La mitad del día me la paso
pensando en versos que nunca escribo.
Reformulo mi cabeza de manera
de que cada ladrillo muestra su belleza,
y así poder acomodarme mejor
en mi vida – castillo de poesía.
Donde faltaría, de paso,
hacer una limpieza
ya que satura un poco ver
que las paredes rimen con la alfombra
y que el espejo refleje lo mismo que el año anterior,
dado vuelta en caracol, remixado con el caos actual,
juntos tratando de pasar por la máquina
para ser disfrazados y poder presentarse en sociedad.
Pero la mitad del día me la paso traduciendo en versos, que nunca escribo.

Redacto ínfimas crónicas
sobre mis paseos por la calle Libertad
y elaboro actas sobre lo lindo que se siente
pensar que nos fuimos muy lejos de viaje
cuando vos me enseñás los secretos del río,
o yo soy tu brújula en la ciudad.

Creo que pueden surgir muchas cosas
del sintagma: “Vivo entera entre la infancia y la poesía.”
y de todo lo que podría desarrollar
sobre mi tarea en el mundo de estar con otros,
de ser un ser transpersonal,
de aprender más del vínculo,
que de todo lo demás…
y esto no es más que un memorandum para mí.

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