miércoles, 4 de febrero de 2015

Podría ser cualquiera.
Allí adelante, sin darse vuelta,
con su largo pelo negro y mostrándome la curva suave de su espalda ténue.
La tensión entre uno y otro omóplatos.
Podría ser cualquier persona, y yo intentando alcanzarla, pídiéndole que espere.
Podría ser cualquiera en la luz blanca. Silencioso, solemne, inminente. Y al susurrar su nombre, podría responder al que le plazca.
Porque porta el disfraz de quien no está realmente aquí y ahora. Porque en donde está puede ser ilusionista o pez, o guitarra o lluvia, o cuento.
Puedo, con mis manos buscarlo,ansiando que quiera volver,
ansiando que nos encontremos, acá,
buceando en esta mañana,
reinventando mi cama,
 despertando mutua sed.
Está acá, durmiendo conmigo.
Podría ser cualquiera pero es él.

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