miércoles, 4 de febrero de 2015

Número 1: (Uno es de todos)


Me fui de viaje por acá
por la calle Libertad.
Libertad y Valle Grande,
los mil fractales de las rejas
que envuelven como cáscaras las casas,
las frágiles casas, los balcones
como huevos o embriones que aún no
han aprendido como abrirse al mundo.
Pero al menos, de a poco, encuentran su identidad.

Los mil idiomas de las flores.
Las que caen en cascada, empilchando las glorietas,
las que empujan, tiran vida a rolete, asumen cosas sin que nadie se las diga...
Esperan, otras, que se les pregunte cómo están, quiénes son, cómo llegaron allí...

Mujeres que empujan carros, pesados, llenos de tanta voluntad.

El mundo musical que habita bajo mi paraguas.
Los 118 mundos que escapan de él.
Y los pájaros.
Lospájaros que no se ven pero perfuman;
los que brillan azules, de tan negros,
los que se acercan en forma de agua,
los que pican las miguitas que deja mi andar.

No quiero llegar y voy tan lento...
En eso me doy cuenta de que andaba confundida
y me esperan en la calle Esmeralda,
que aunque suene casi tan bonito,
no es lo mismo que la calle Libertad

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